Para la mayor parte de la población de madres y padres nuestr@s hij@s son lo más importante de nuestras vidas. Ell@s transforman nuestra existencia y se convierten en nuestro centro de atención. Con el nacimiento de ell@s llegan muchos miedos, pues la experiencia de la maternidad/paternidad es totalmente empírica aunque hallamos tomando cursos de preparación, leído libros y artículos sobre cómo cuidar de nuestr@s hij@s, etc. La presencia de esa personita en nuestras vidas exige de cambios en todas las actividades de nuestro día a día. En la relación que establecemos con nuestr@s hij@s comenzamos a desarrollar muchos sentimientos, entre ellos: el amor.
Podríamos hablar del amor a los hij@s por largo tiempo, pues es un tema muy amplio y a la vez muy individual, a partir de nuestras experiencias. Para tod@ madre/padre su forma de amar a sus hij@s es la más correcta y efectiva. Los que nos dedicamos profesionalmente a la Educación interactuamos con muchas familias en nuestras experiencias de trabajo y con sus hij@s. Tenemos la posibilidad de apreciar y evaluar el trabajo educativo que ha recibido nuestr@ estudiante en su casa, con su familia, desde sus primeros años de vida.
En muchas ocasiones nos enfrentamos a deficientes hábitos educativos adquiridos en el hogar como: pocos hábitos de organización , resistencia a seguir direcciones de los maestros, poca motivación por la actividad de estudio y por el aprendizaje, dificultad para transitar de una actividad a otra sin crear disturbios en el salón de clases, bajo nivel de desarrollo de habilidades de comunicación, poca independencia para ejecutar las tareas escolares, dificultades para establecer apropiadas relaciones interpersonales y compartir materiales o juguetes con sus compañeros de clase, poco desarrollo de habilidades para la vida ( comer por si solos, avisar de sus necesidades fisiológicas, pedir ayuda, cambiar de ropa independientemente para asistir a clases que exigen de otro vestuario, abotonarse la camisa y el pantalón o saya, acordonar sus zapatos,etc.), sueño, agotamiento y cansancio durante las lecciones por no haber dormido lo suficiente la noche anterior, uso de un vocabulario inapropiado para expresar sus emociones y estados de ánimo, etc.
Ante estas dificultades manifestadas por l@s niñ@s en la escuela se hace necesario reunirnos con la familia para establecer un plan de intervención en la escuela y en la casa que impulse al niñ@ a desarrollar todo su potencial intelectual, físico y afectivo.
En algunas ocasiones la familia no es receptiva ante las observaciones del personal educativo y justifica muchas de estas situaciones bajo el concepto de amor a los hij@s con frases como: “ todavía es muy pequeñ@, ya tendrá tiempo para responsabilidades”, “él/ella es lo único que yo tengo y le doy todo lo que me pide”, “yo le dije que si el/la maestr@ le llama la atención que se salga de la clase y me llame por teléfono”, “mi hijo/a merece todo mi amor y apoyo “, “ yo soy un@ excelente madre/padre y sé lo que estoy haciendo “, “hay otr@s niñ@s que hacen cosas peores y ustedes no les dicen nada, solo critican a mi hij@“; estas son algunas excusas que escuchamos frecuentemente en reuniones con las familias. Nuestro deber como educadores es brindarles soluciones y alternativas educativas para contribuir a un desarrollo pleno y sano de la personalidad de nuestr@s niñ@s.
Estas son algunas recomendaciones a tener en cuenta en nuestra relación afectiva con nuestr@s hij@s que son de gran valor pedagógico para el resto de sus vidas:
-Enseña a tu hij@ ser organizado desde pequeñ@. Dejarle saber que cada objeto tiene su lugar. Incorporal@ a recoger después de cada juego y/o ayudar en tareas sencillas en el hogar.
-Desde edades tempranas l@s niñ@s deben comprender, procesar y respetar palabras y frases inhibitorias como: “no”, “eso no lo puedes coger “, “tienes que esperar “,”no es momento de jugar,debes terminar tus tareas”,etc. Hacer que tu hij@ reconozca las figuras de autoridad y sea capaz de seguir direcciones que no son las que más les gustan contribuirán en el desarrollo de sus hábitos de disciplina. Esto no significa para nada que no les amamos.
-Establece un horario para las actividades importantes del diario: despertar,aseo personal, desayuno, salida para la escuela, tareas, juego, bañarse, comer e ir a dormir. Este horario puede ser modificado los fines de semana, solo en algunas actividades; nunca debe ser modificado porque tu estado de ánimo cambio y accediste a relajar todo lo acordado.
-No le des todo lo “mejor” a tu hij@ haciéndole creer que todo se lo merece. Comparte todo entre los integrantes de la familia y hazlo merecedor de estímulos a partir de sus esfuerzos.
-Conversa con tu hij@ sobre tus esfuerzos,sacrificios,metas,logros, para que te admire y valore más, estableciendo una relación recíproca de admiración y amor. La base del amor es la admiración y el respeto.
-Enseña y exige a tu hij@ saludar y despedir a todas las personas, escuchar atentamente cuando le hablan, ser cortes y respetuos@, pedir “permiso “ cuando necesita interrumpir una conversación.
Estas recomendaciones harán de nuestr@s hij@s mejores seres humanos capaces de establecer relaciones interpersonales positivas y amorosas.
El amor a nuestr@s hoj@s debe estar enfocado en su preparación para la vida social, en que sepan que estaremos siempre disponibles para ell@s, pero también que estarán listos para ser excelentes ciudadanos cuando ya no estemos.
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