La palabra “pelea” ya nos preocupa por su significado, contenido y consecuencias; mucho más nos alarma si se trata de peleas entre niños. Durante el desarrollo infantil aparecen cambios físicos, fisiológicos y psicológicos en cada una de sus etapas. La preparación por parte de la familia para ayudarles a comprender los retos de cada periodo del desarrollo es de vital importancia para superar los cambios de la mejor manera.
Durante los primeros años de vida (0-3 años) es característico que los niños muestren actitudes egoístas, pues se desarrolla el “yo consciente”, es cuando los niños son capaces de identificarse en el espejo, responden a su nombre, pueden tocar y agarrar objetos por si mismos, se pueden desplazar con ayuda de los adultos y/o por su propio caminar , utilizan frecuentemente en su comunicación palabras como:”dame”, “mío”, “yo quiero”, “es mío”, etc. Por este motivo es que durante este periodo del desarrollo muchos niños pelean con otros, pues aún no han aprendido a compartir y en ocasiones no toleran que otros niños puedan tocar o querer jugar con sus pertenencias . La intervención educativa de la familia y educadores en cada uno de esos momentos en favor del desarrollo de habilidades sociales es de vital importancia para las etapas posteriores.
El comienzo de la etapa escolar amplía las relaciones interpersonales y exige de cada niño la capacidad de adaptarse de la manera más apropiada a las condiciones de la escuela, el nuevo grupo escolar, las nuevas tareas académicas, o sea, a una nueva vida donde debe aprender a relacionarse con las diferentes características individuales de cada uno de los escolares, compartir con ellos actividades escolares y extraescolares, durante un mayor periodo de tiempo que en la etapa preescolar.
En las nuevas circunstancias de la vida escolar surgen rivalidades entre los niños, todos quieren ocupar una posición social en el grupo, todos quieren ser aceptados y reconocidos por sus compañeros, todos aspiran a obtener las mejores calificaciones, desean ser estimulados por los maestros y equipo de educadores en general, compiten por exhibir sus mejores habilidades y talentos (dibujo, baile, canto, deporte, aspecto físico, simpatía, etc.). Los niños muestran un espíritu competitivo en casi todas sus actividades, cuando se sienten desfavorecidos, retados, en desventaja, o inseguros, puede que comiencen a tener peleas que van desde comportamientos verbales ofensivos hasta peleas de contacto físico.
La aparición de estos eventos no quiere decir que estamos ante un problema de trastornos de la conducta, pero si es muy importante la manera en que se manejan estos conflictos y el tiempo que se demoren los adultos en implementar estrategias de intervención educativa. Los familiares y educadores deben identificar y analizar las posibles causas que provocan estas riñas y rivalidades, para actuar de forma preventiva en evitar la agudización de estos inapropiados comportamientos.
Para educar se necesita estar actualizado en los métodos y metodologías de trabajo educativo,analizar las situaciones de manera objetiva, no juzgar ni culpar sin identificar las causas del fenómeno, no perder tiempo en la intervención, compartir las preocupaciones con todos los adultos ( factores educativos) que se relacionan directamente con los niños, comunicarse con los estudiantes implicados en las peleas de manera asertiva para brindarles consejos y recomendaciones sobre cómo deben maneras situaciones de conflictos en las relaciones interpersonales.
Ninguna pelea debe ser justificada por ningún motivo, pelear no puede ser una vía para ganar respeto y aceptación social. Somos totalmente responsables de educar sobre las bases de la comunicación, y el desarrollo de habilidades sociales. Hablemos sobre Educación…
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