La curiosidad es un proceso innato al desarrollo humano. Somos curiosos desde el momento del nacimiento. Muchos son los estímulos que recibimos constantemente del medio circundante, que activan nuestra actividad psíquica, unos estímulos con mayor intensidad que otros, en dependencia de muchos factores: individuales, físicos, emocionales, cognitivos, circunstánciales, etc. Las respuestas a estos estímulos también es muy diversa y sucede en muchas maneras diferentes. Una de estas respuestas es la curiosidad.
Sentimos curiosidad ante lo desconocido, e incluso ante objetos, fenómenos o circunstancias conocidas, pero que han atrapado nuestra atención desde otras aristas. Para los niños todo es nuevo desde el momento en que nacen, sus receptores sensoriales (“cinco sentidos”) se activan, reciben, transmiten información al cerebro, donde se procesan y emiten respuestas traducidas en comportamientos.
La curiosidad despierta las emociones, la motivación por descubrir, aprender, apropiarse del conocimiento. Las necesidades e intereses cognoscitivos se desarrollan como consecuencia de la curiosidad , impulsando el desarrollo de la personalidad de los niños. Muchos autores definen la curiosidad con diferentes enfoques, pero todos coinciden en que sentir curiosidad es un proceso natural que desencadena el desarrollo de habilidades en función del aprendizaje.
Para contribuir al desarrollo de la curiosidad en los niños hay que invertir tiempo en la interacción y comunicación con ellos, se debe guiar la curiosidad en la búsqueda del conocimiento. El proceso de atención juega un papel fundamental en los mecanismos de observación e investigación desencadenados por descubrir aquello que resulta curioso. Cuando los niños se emocionan, se motivan y ponen atención durante el descubrimiento de lo nuevo lograrán analizar, comprender y retener el conocimiento de una manera muy exitosa.
Estas son algunas recomendaciones para activar la curiosidad en los niños :
– Participar activamente junto a los niños en la exploración del medio ambiente.
– Exponer a los niños, de una forma segura, a variadas experiencias donde interactúen constantemente con nuevos objetos, fenómenos y circunstancias.
– Invitar a los niños a descubrir los objetos a través de la exploración sensorial, además a través de la observación y descripción de los elementos que se exploran.
– Proponer a los niños sencillos y seguros experimentos en casa, donde se deban utilizar instrumentos, diversos materiales, y seguir una secuencia de pasos metodológicos para arribar a conclusiones.
– Programar visitas a museos, bibliotecas, parques, centros culturales, etc.
– Compartir lecturas, películas, documentales, vídeos y narraciones interesantes que despierten la curiosidad en los niños.
– Estimular el desarrollo del lenguaje introduciendo nuevas palabras y conceptos en el vocabulario de los niños.
-Responder a las preguntas realizadas por los niños con repuestas que transmitan la información correcta, en caso de no conocer la respuesta en ese momento, pues se debe invitar al niño a investigar utilizando las diversas fuentes del conocimiento en busca de respuestas.
– Jugar , jugar y jugar, pues el juego es el mejor instrumento de investigación que tienen los niños en su día a día. A través del juego los niños descubren la realidad y el medio circundante.
Muchas son las actividades que la familia y los educadores pueden planificar y desarrollar en favor de activar la curiosidad por aprender en los niños. Es de gran importancia el tiempo compartido junto a ellos para guiar esa curiosidad natural en favor de interpretaciones correctas de la realidad circundante y el aprendizaje.
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Buen punto 🧡👏👏👏🧡
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