Para que la comunicación y las relaciones sociales se desarrollen positivamente en todas las áreas de la vida social, es necesario que se fundamenten sobre la base del respeto mutuo entre todas las personas que interactúan en todos los contextos, sin importar la edad, sexo, cultura, religión, o concepción del mundo.
El respeto es uno de los valores humanos más importantes en el desarrollo de las relaciones interpersonales. Mostrar una actitud respetuosa hacia los demás favorece el desarrollo de habilidades sociales y habilidades en la comunicación. Si bien es conocido que el tipo de temperamento que tenemos se hereda de nuestros progenitores, también es sabido que el carácter y sus cualidades y valores se forman sobre la base de la educación. La influencia educativa desde las edades tempranas define el desarrollo de las cualidades del carácter como son : la tolerancia, la solidaridad, cooperación, flexibilidad, aceptación, y el respeto.
Una adecuada relación de respeto se basa en un trato digno y en el desarrollo de sentimientos de admiración por todas las partes que están involucradas en la conexiones sociales. El respeto se educa desde el momento del nacimiento, en mi opinión, desde el momento en que la pareja se conoce, se une y decide tener hijos, una relación basada en el respeto y la armonía asegura el desarrollo saludable y potencial de la personalidad de los niños, de los padres y de todos en general. Para educar el respeto se debe mostrar respeto a todos. Muchos adultos se quejan de no recibir una actitud respetuosa por parte de sus hijos y de otros niños con los cuales se comunican, más sin embargo no ponen atención en que ellos tampoco se muestran responsables y respetuosos con ellos.
El respeto hacia las demás personas comienza por el respeto hacia nosotros mismos. Para educar a nuestros hijos el respeto debemos:
– Ser un buen ejemplo para ellos en nuestro trato hacia los demás. El ejemplo es uno de los mejores métodos educativos para el desarrollo de las cualidades del carácter.
– Comunicarnos utilizando un tono de voz adecuado en nuestras conversaciones y un vocabulario apropiado en cada circunstancia.
– Evitar bromas y juegos de mal gusto donde se puede afectar la dignidad de otros o hacerlos simplemente sentir mal .
– Mantenerse callados y escuchar atentamente a los demás, sin interrumpir las conversaciones.
– Evitar críticas, juicios e inapropiados comentarios sobre otras personas. Mostrar respeto por las individualidades de cada uno .
– Estar informados antes de hablar y emitir juicios y opiniones.
– Ser amables y generosos con todas las personas que nos rodean.
– Mostrar un trato digno a los niños y llamar la atención de ellos cuando sea necesario corregirlos, utilizando buenos modales y consejos educativos, nunca ofendiéndolos o ridiculizándolos.
– Estimular las actitudes positivas y respetuosas de nuestros hijos como método de reforzamiento de conductas apropiadas a los códigos de ética de las relaciones sociales.
– Ser constantes en los ejemplos de comportamiento mostrados a los niños, en aras de evitar patrones de conducta cívica que se presten a la confusión y la “doble moral”.
Todos agradecemos cuando somos tratados con respeto y nos sentimos muy orgullosos de nuestros niños cuando otras personas nos comentan sobre sus buenos modales y sus educadas actitudes en el trato social con los demás. No esperemos que los niños crezcan para educar el respeto, no confundamos que por complacer todos los caprichos y demandas de los niños eso hará que nos muestren cariño y respeto, aprovechemos todo momento para educar, y formar buenos valores, pues en todo momento todos estamos aprendiendo de todos.
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